Philippe Croizon, un francés de 42 años sin piernas ni brazos, logra cruzar a nado el Canal de la Mancha; su nuevo reto es cruzar nadando el Estrecho de Gibraltar
PARÍS, Francia, sep. 21, 2010.- Se trata de una hazana extraordinaria, digna de los elogios más admirados, de un héroe de dimensiones épicas.
Su protagonista es Philippe Croizon, un francés de 42 años sin piernas ni brazos que logró cruzar a nado el Canal de la Mancha, haciendo así realidad el sueño que había acariciado durante 16 años.
Salió a las 8 AM (hora de Francia) de Folkestone, Inglaterra; a las 9:13 PM del mismo día tocó una roca al pie de un acantilado de la costa francesa en las proximidades de Wissant.
La travesía duró solo poco más de 13 horas en lugar de las 24 horas previstas.
Dos largos años de preparativos precedieron la gran empresa de Philippe Croizon amputado de cuatro miembros a consecuencia de varias descargas eléctricas de 20 mil voltios que recibió en 1994.
El accidente ocurrió mientras se encontraba desmantelando una antena de televisión, fue víctima de un arco eléctrico entre él y un cable de alta tensión.
"Lo logré, lo hice, me cuesta trabajo creer, esto es una locura, me siento feliz, espero ser una muestra de que nada es imposible para el ser humano" - exclamó el nadador, conmovido hasta las lágrimas, unos minutos después de su llegada.
Philippe Croizon, padre de dos hijos, envió con su hazaña un fuerte mensaje de esperanza y coraje a quienes han perdido la confianza en sí mismos.
Para hacer frente a su desafío, Croizon se dotó de unas prótesis equipadas con aletas fijadas en los muñones de sus piernas. Las de sus brazos sirvieron para mantener el equilibrio y evitar los efectos del mareo, pero no para avanzar.
El héroe francés no piensa dormirse en sus laureles y ya se ha trazado una nueva meta: cruzar nadando el Estrecho de Gibraltar.
La travesía duró solo poco más de 13 horas en lugar de las 24 horas previstas.
Dos largos años de preparativos precedieron la gran empresa de Philippe Croizon amputado de cuatro miembros a consecuencia de varias descargas eléctricas de 20 mil voltios que recibió en 1994.
El accidente ocurrió mientras se encontraba desmantelando una antena de televisión, fue víctima de un arco eléctrico entre él y un cable de alta tensión.
"Lo logré, lo hice, me cuesta trabajo creer, esto es una locura, me siento feliz, espero ser una muestra de que nada es imposible para el ser humano" - exclamó el nadador, conmovido hasta las lágrimas, unos minutos después de su llegada.
Philippe Croizon, padre de dos hijos, envió con su hazaña un fuerte mensaje de esperanza y coraje a quienes han perdido la confianza en sí mismos.
Para hacer frente a su desafío, Croizon se dotó de unas prótesis equipadas con aletas fijadas en los muñones de sus piernas. Las de sus brazos sirvieron para mantener el equilibrio y evitar los efectos del mareo, pero no para avanzar.
El héroe francés no piensa dormirse en sus laureles y ya se ha trazado una nueva meta: cruzar nadando el Estrecho de Gibraltar.
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